323 MN le -ESPACIÓN DE EXPERIMENTOS AGRICULTURALES DE PUERTO RICO, 4 Ss E 'D, ,W. MA Y, ASS Especial Encargado. Li Mayagiez, Noviembre 1906.
Ro Boletín No. 7.
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POR
H. C. HENRICKSEN,
Horticulturista, Estación de Experimentos Agrienlturales de Puerto Rico.
BAJO LA DIRECCIÓN DE LA OFICINA DE ESTACIONES EXPERIMENTALES,
DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA, E. U. A.
WASHINGTON: IMPRENTA DEL GOBIERNO. 1907.
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945 ESTACIÓN DE EXPERIMENTOS AGRICULTURALES DE PUERTO RICO,
D. W. MAY, Agente Especial Encargado..
Mayagiez, Noviembre 1906.
Boletin" No. Z.
EL CULIVO DE LEGUMBRES EN PUERTO RICO
POR
H. C. HENRICKSEN,
Horticulturista, Estación de Experimentos Agriculturales de Puerto Rico.
BAJO LA DIRECCIÓN DE LA OFICINA DE ESTACIONES EXPERIMENTALES,
DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA, E. U. A.
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WASHINGTON: IMPRENTA DEL GOBIERNO,
1907,
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ESTACIÓN DE EXPERIMENTOS AGRICULTURALES DE PUERTO RICO.
[Bajo la dirección de A. C. True, Director de la Oficina de Estaciones Experi- mentales, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América.]
LISTA DE OFICIALES.
D. W. May, Agente Especial Encargado y Cultivador de Animales. W. V. Tower, Entomologista y Patologista de Plantas.
H. C. HENRICKSEN, Horticulturista.
J. W. VAN LEENHOFF, Experto de Café.
E. F. Curt, Superintendente de Labranza.
(2)
FEB 25 1907 D, of D,
CARTA DE TRANSMISIÓN.
Y. 2): 10 2 G. yd) ón,
EsracióN DE ExPERIMENTOS AGRICULTURALES, Mayaguez, Puerto Rico, Noviembre 25 de 1906.
Señor: Tengo el honor de transmitir á Vd. con la presente un manuscrito por H. C. Henricksen sobre el particular del crecimiento vegetal en Puerto Rico.
Prevalece la idea en algunas partes que las legumbres de buena “alidad no se pueden producir en Puerto Rico. Los resultados obtenidos en la Estación Experimental de Puerto Rico, y la experien- cia de cultivadores prácticos en diferentes partes de la isla, demues- tran felizmente que ésto es un error. Casi en todas partes de la isla las condiciones climatéricas son muy favorables, mientras que la potencialidad de los terrenos puertorriqueños á penas ha sido tocada. No es tan sólo que el estado de los habitantes de la isla podría mejo- rarse con el cultivo de más y mejores vegetales, sino que la exporta- ción á los Estados debía producir un pingiie beneficio. Los resultados - obtenidos por plantadores en varias secciones de la isla demuestran que el cultivo provechoso de las legumbres no se limita á alguna sección exclusiva.
Este Boletín se ha extendido detalladamente en el particular, toda vez que se ha encontrado que los métodos aplicables en regiones tem- pladas necesitan modificación en los trópicos. Mientras que á primera vista podría suponerse que algunos de los métodos son de importancia menor, representan sin embargo la diferencia entre el acierto ó el desacierto, bajo condiciones puertorriqueñas.
Recomiendo respetuosamente que este manuscrito sea traducido al español y publicado tanto en inglés como en español como “ Boletín No. 7” de esta Estación.
Respetuosamente, D. W. May, Agente Especial Encargado. IDESAL:C. TRUE; Director, Oficina de Estaciones Experimentales, Departamento de Agricultura, E. U. A., Wáshington, D.C. Recomendado para publicación. A. C. True, Director. Publicación autorizada. James WiLsoN, Secretario de Agricultura. (3)
CONTENIDO.
Página.
unsiveraciones generales 1 o a o toas 7 NEREeno y SU CUItiyOL--= 222 E o oo +22 === S EsStiércol y teria es 9 as semillas” y su siembras "22219 ot === ===>= 315L La necesidad de emplear semilla buena-_--------===-ooooo==--=- tal Mane de laca Lo o A 11
La smile. 2 RA A A A A A 12 Samira an (aa A E A A 13 DE A e A LA A A A E E E 13 Mransplantando. 22 te Si tio oe 1l> Número de plantas por * acre “=-====== 11 === 14 Enemigos de las plantas_ - 22222222 oo=o=="==-=- 15 Maistentermedades delas a 15 na DN A 15 USCIS CS A A A o 16 Enemisostnsecios o. A A o SS > 18 Insectos que roen y que Chupad---------2i=o-=- 18 ineciadiias Sit amecn lo. coste compte es St os as 18 Eemedios idescontacio. A 19 Aparatos para Pegar ------- === ============- 20 Nmreccionestdetalladas de culiiyo. E 20 ISDATTA SOS E A o e 240 Eta Ros achica A A O 23 Remolachas he tarcs tae 1 A E A AT ANS 25 Retonos' de Bruselas: 0-22 === MO AE pt E 27 A A a 2 ART A O E A A 29 Cain E A AE A 30 Aiorde hoja == 22 + ositos == === 30 A E E os 2 33 A 35 Collards (Repollo sin cabeza) ----==-=====-======o====-- 35 Perro AS A E 2 36 Bepimo- 22 AE AA A e E 36 O A A a 39 REReEnSena o 39 Perera o Mt 42 Rábano picante Ó rústico----------oooooooo-=-- 42 Da A A A 42 AO A 2 ARO A A 43 A A ÓN 43
Direcciones detalladas de cultivo—Continued.
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Página. Lleren' (Calathea allouUa)- AAA 45 Melón. amizclado-*-= 2231 AE 5 Mostaza 222204 LE IIS A E A 46 Quimbombó...-.--+2==--pitnr. sE A E ARE 46 Cebolld”: 22d AE AA A 47 Perejil. cti A a A A O A 50 Parsnip(COiTIVIW)==-==A2E 17 A A A 51 Chícharos:- 22242 He ¿A LE EI E A 51 Pimientos. <<< 202.00 ELLA A RP RA AA 53 Calabazas == LL Ms e o TI VEA D4 Rábano: -=2--222h 022 ed 2 E E ARA 54 RUDATDO 2222224240 2 E A A 7) ESCOrZONeOra 2 e a ds e A A a A A RP 55 ESPINACA APA O e A A 55 Squash (CIdEACAYOterOo Calabaza) A 56 Tomate». 227 2d es ts te A AAA AA A TA ST Nabo*-222204 221 E DS e E A E A A 61 Patilla. (Melon“de agua) Es E AE 62 ILUSTRACIONES: LÁMINAS.
Página.
LÁMm. I. Fig. 1.—Eras semilleras cubiertas con tela. Fig. 2.—Métodos para empacar tomates, berengenas y pimientos--------===-==-- 12
II. Fig. 1.—Era semillera de caja y tiestos de bamboa (provincial, “mambú ”). Fig. 2.—Remolachas demostrando variedades---- 12
III. Fig. 1.—Zanahorias de las variedades. Raíces troncosos, media largas y largas. Fig. 2.—Sarmiento y fruta del tayote_--_---- 28
1V. Fig. 1.—Pepinillos y pepinos demostrando variedades. Fig. 2.— Berengens nativary lar mejorada AS AR 36
V. Fig. 1.—Hojas de berengena, Solanum mammosum y Solanum
torvum, y método de injertar la berengena sobre especies sil-
vestres de “Solanum.” Fig. 2.—Escarola y lechuga, con. la escarola: en; el-Contros ti A 40 VI. Fig. 1.—Lleren. Fig. 2.—Quimbombó, planta y fruta__--------- 44
VII. Fig. 1.—Melones amizclados, en sus variedades. Fig. 2.—Cebo- llas :enssus: variedades a SO AN 44
VIII. Fig. 1.—Pimientos, demostrando tipos. Fig. 2.—Rábanos demos- trando tanto el blanco y el rojo, variedades redondas y largas. - 52
IX. Fig. 1.—Squashes (cidracayotes) y sus variedades. Fig. 2.— Nabos; con «colsrabíi 4 la izquierda.“ AR 56 X. Tomates, demostrando método de guiarlo.----=-"“2HE aaa 60
GRABADOS DE TEXTO.
ETG, 1. ¿Bomba de rezar con cabo de nano A 20 2. Regador: de mochila. =P En A 21
CULTIVO DE LEGUMBRES EN PUERTO RICO.
CONSIDERACIONES GENERALES.
Las familas puertorriqueñas cultivan muy pecos vegetales. El jardín doméstico se limita usualmente al de ñames, yautias y batatas, ya que éstos vegetales se cultivan fácilmente y son libres prácticamente de enfermedad. Las legumbres comunes de las regiones templadas no se cultivan tan fácilmente, son más sujetas á enfermedad y se conoce menos de los métodos apropiados para cultivarlas. Es creen- cia general que las legumbres no pueden cultivarse felizmente en Puerto Rico. Los resultados en ésta estación y los informes de culti- vadores en muchas y diferentes partes de la isla indican que, mediante el empleo de buena semilla y de métodos propios de cultivo, casi todas las legumbres que crecen en las regiones templadas pueden ser culti- vadas con buen éxito aquí.
En las ciudades grandes de la isla tales legumbres como habas ó habichuelas, zanahoria, acelga, berengena, escarola, lechuga, quim- bombó ó molondrón, perejil, pimientos, calabazas, rábanos y tomates se encuentran muy frecuentemente en los mercados y algunas veces también remolachas, repollos, pepinos, cebollas, melones-amizclados y nabos, pero no se encuentra un suplido contínuo de ningunas de éstas. La mayor parte de éstas legumbres son de calidad inferior. Una de las razones de este hecho es que representan simplemente el sobrante de las hortalizas domésticas dentro del radio de algunas millas de cada ciudad. No se introducen al mercado con regularidad, sinó simplemente cuando resulte más conveniente al proveedor. El negocio ó empleo de cultivar las legumbres, bien para los mercados cercanos ó para los mercados distantes, es prácticamente desconocido en Puerto Rico, apesar de que el precio en mercado de las legumbres es bueno. Las cebollas se venden á veces á 8 y 10 centavos y las patatas (papas) de 3 á 7 centavos por libra. :
Un obstáculo muy serio en Puerto Rico para el cultivo es la difi- cultad de conseguir buena semilla. La semilla nativa no se elige con cuidado, y la semilla importada deteriora rápidamente y en el término de ocho ó diez meses es totalmente inservible. Otra dificultad exis- tente es la lluvia fuerte tropical que perjudica en gran manera las semillas germinantes y las plantas tiernas. Las enfermedades de las plantas, debidas á una estación prolongada de lluvias, son también
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serias. Las viviendas puertorriqueñas campestres usualmente se cons- truyen en los cerros y terrenos más elevados, donde las condiciones para el cultivo vegetal no son tan favorables como en los valles.. El suplido de agua que casi siempre es necesario para el provechoso cul- tivo de las legumbres, es muy inadecuado. Los pozos son práctica- mente desconocidos. La cisterna de agua de lluvia rara vez es de tamaño suficiente para el riego y ordinariamente es muy impracticable conducir el agua de los ríos ú otras corrientes de agua.
Durante la temporada pasada la estación ha hecho experimentos muy extensos con las legumbres para determinar qué clases podrán ser cultivados con buen éxito, qué variedadas son más adaptadas á las condiciones de Mayagiiez, la época del año más favorable á la siembra, y los enemigos que atacan las cosechas. In general han sido muy lisonjeros los resultados. Casi todas las legumbres que crecen comun- mente en los Estados Unidos fueron cultivadas con más ó menos buen éxito en la estación, en determinado tiempo durante la temporada. Si nuevos experimentos confirmaren el trabajo de la temporada pasada, sería demostrado que no habría razón por qué Puerto Rico no podría competir prósperamente con la Florida y con Cuba en suplir los mercados en el norte de los Estados Unidos con todas las cosechas principales troqueadoras durante el invierno.
No está en el propósito de este boletín el dar una descripción deta- llada de la labor habida en la estación con las legumbres durante el año pasado. Se ha reconocido que el trabajo de una temporada sola- mente, de esta clase, no forma una base suficiente sobre qué llegar á conclusiones definidas ó para hacer recomendaciones definidas.
En otras temporadas y con otras condiciones (climatéricas) los resultados con determinadas legumbres ó variedades podrán ser dife- rentes. Se han cultivado seis cosechas de legumbres durante el año pasado y se han registrado detalles de sus resultados. Cuando la estación hubiere acumulado datos de este género durante un número de temporadas, para que los resultados promedios obtengan un sentido definido, serán publicados. Por ahora se ha creido ser más con- ducente el presentar de un modo popular algunos de los principios generales de horticultura que son aplicables en todas partes, junto con sugestiones prácticas referente al cultivo de cada una de las clases más comunes de legumbres, fundados sobre el conocimiento general del particular en cuanto podrá ser aplicable en Puerto Rico, y sobre los resultados obtenidos en la estación, y por los cultivadores prác- ticos dle legumbres, en varias partes de la isla.
TERRENO Y SU CULTIVO.
El mejor terreno para las legumbres es uno marga ó gredoso, fertil y de fácil movedura. Un terreno muy arenoso generalmente es pobre en alimento vegetal ó de plantas, no suele mantener la humedad bien
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en las sequías y cuando se aplican los abonos fácilmente son llevados por las lluvias. Los terrenos pesados barrosos, mientras retienen la humedad y el alimento de la planta, son difíciles á trabajar. En la época de la sequía están endurecidos con probabilidad de caldearse, mientras que en un período de lluvias están tan pegajosos como para volverse imposibles al cultivo. Los terrenos producto de des- composición vegetal, si se manejan bien, son excelentes para jardi- nería, aunque generalmente son muy pobres en potasa y en ácido fosfórico. Se encuentra en Puerto Rico muy poco de este tipo de terreno.
La condición física del terreno es de igual importancia que su fertilidad. Se benefician grándemente los terrenos compactos barro- sos, incorporando con ellos algún material bultoso como el estiércol del pesebre ó enterrando alguna cosecha de verdura. Esto hace que el suelo sea más suave y fácil á trabajar y permite que el producto alimental de plantas que existe en el terreno sea más rápidamente aprovechable á la siembra creciente. Del mismo modo los terrenos arenosos se vuelven más compactos y retienen la humedad, y los abonos solubles mejor, si contienen una abundancia de “humus” ó de material bultoso que se obtiene enterrando alguna cosecha de verdura ó de abono de estiércoles, ó alguna otra clase de materia vegetal.
Todos los terrenos requieren ser cultivados frecuentemente. Para ésto hay varias razones. Con el cultivo se separa bien el suelo, per- mitiendo que el áire puede penetrar más fácilmente. Esto contribuye á que el alimento vegetal ó de planta encerrado en el terreno se vuelva soluble y aprovechable más facilmente á la planta creciente. Mata la mala yerba que compite con las legumbres para dicho ali- mento vegetal y qué, si no se subyuga, suele pequeñear ó sofocar la cosecha. El cultivo contribuye también á conservar la humedad del suelo, que frecuentemente es una consideración muy importante. Durante el tiempo de la sequía el agua que existe en los terrenos está subiendo constantemente á la superficie, de un modo semejante á como sube el acéite en una mecha. En la superficie del terreno el agua se evaporiza y se pierde. La evaporación es más rápida en los terrenos compactos. Cuando se cultiva el terreno de la super- ficie, fórmase una especie de frazada ó manta suelta y seca ó “mulch ” que impide en gran manera el escape rápido de la humedad que sube de abajo. Buenas cosechas de legumbres han sido desarrolladas á la madurez, sin llover durante tres meses ó aún más tiempo, donde se ha mantenido un cultivo con regularidad durante todo el período.
ESTIÉRCOL Y FERTILIZADORES.
Un terreno fértil es muy esencial para el buen crecimiento de las legsumbres. Si el suelo no es fértil naturalmente, es menester hacerlo así mediante la adición de fertilizadores. De todas las formas de fer-
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tilizadores para mejorar los terrenos pobres ó para ponerlos en con- dición de crecer legumbres, ninguna aventaja el estiércol del corral de animales. Si esto no fuera fácil consegutr, debe mejorarse el terreno por medio de abonos compuestos, cosechas de leguminosas enterradas ó fertilizadores comerciales.
Toda clase de material orgánica de basura puede convertirse econó- micamente en un alimento vegetal ó de planta, mediante la mezcla en compuesto. El montón compuesto ó de mezcla, que consiste de ma- terial de basura ó estiércol, ó de ambos, debe ser colocado sobre un plano inclinado, con un cimiento de barro pisoteado ó de cimento con un depósito á su costado inferior para recibir su filtración líquida. Esta deberá devolverse al montón con bastante frecuencia á fin de mantenerlo constantemente húmedo. Mientras que esto representa cierto expendio de trabajo y aleún desembolso de dinero, es bien remunerativo, y es cuestionable si el manejo del estiércol ó la basura será productivo sin dicha operación, porque al permitir que la filtra- ción del líquido se desperdicie, se pierde la mayor parte de su valor fertilizador, y al permitir que el montón seco se fermienta piérdese la mayor parte del nitrógeno.
El acto de enterrar una cosecha creciente se titula como abono verde. Cualquiera materia vegetal que se introduce en el suelo por el cultivo, lo mejora físicamente así como químicamente, pero si se permite crecer en el mismo terreno, la cosecha naturalmente no producirá más de lo que ha derivado del suelo, excepto que sea el “humus,” si al mismo tiempo no pudiera derivar algún elemento fertilizador de otras fuentes. Las plantas leguminosas, bien que sean habas y guisantes ó la Flámboyan, son susceptibles de asimilar el nitrógeno libre del aire y de almacenarlo en las celdas de las plantas. Es por consiguiente muy evidente que las legumbres siempre deben ser sembradas y enterradas para producir el abono verde. Dos de las legumbres más convenientes en Puerto Rico á dicho fin son los guisantes (cowpeas) y las habas terciopeladas. Ambas responden favorablemente á un fertilizador que contiene potasa y ácido fosfórico, pero son capaces de asimilar la mayor parte del nitrógeno que necesitan del aire, que en un terreno pobre en nitrógeno podrá elevarse á tanto como 200 libras por acre (cuerda). Esto es una ganancia no inconsiderable, teniendo en cuenta que el nitrógeno cuesta de 15 á 20 centavos la libra. En adición á estos, que podrán titularse abonos domésticos, existe un número de abonos en formas concentradas que son conocidos por el término gene- ral de fertilizadores comerciales.
Estos fertilizadores comerciales son rara vez de un valor particular para mejorar la condición física del suelo, pero son fuentes valuables de alimento vegetal ó planta. Existen tres clases generales de estos fertilizadores: (1) Los que suplen el nitrógeno; (2) los que suplen el potasa; y (3) los que suplen el ácido fosfórico. Las plantas requieren
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muchas más clases de alimento-planta que éstas, pero ellos son los alimentos-plantas que más frecuentemente escasean en el suelo. A fin de conseguir el mayor beneficio posible del empleo de estas formas concentradas y costosas de fertilizadores, deberán usarse tan sólo en los terrenos bien cultivados y preferiblemente en conexión con el estiércol ó abono compuesto, que mejoran la condición del terreno.
En los fertilizadores comerciales el nitrógeno se derive usualmente del nitrato de sosa, sulfato de amonia, sangre secado, “tankage ” (desperdicios de mataderos) ó harina de semilla de algodon. Las procedencias principales de la potasa son las sales de potasa, especial- mente el muriato y el sulfato, y también la ceniza de leña. El ácido fosfórico ocurre en el fosfato de piedra que es insoluble en su estado erudo, pero que es aprovechable cuando sea tratado con el ácido sul- fúrico. Este es también uno de los principales ingredientes del guano, de que existen numerosos depósitos en la isla y que debía utilizarse, á lo menos para uso doméstico. El ácido fosfórico se derl- ve también en gran manera de los huesos molindos que son tratados también como el fostato de roca. El ácido fosfórico contenido en el abono comercial es valuable según sea la forma en que ocurre. El ácido fosfórico soluble tiene un valor en el mercado, pero en su forma insoluble vale antes bien menos que más de lo que vale el guano nativo, no importa que su origen sea del fosfato de piedra, de la escoria Thomas, ó del hueso. La forma revertida, que suele estar en proporción pequeña en los fertilizadores comerciales, es insoluble en el agua, pero es aprovechable como alimento-plantio.
LAS SEMILLAS Y SU SIEMBRA.
LA NECESIDAD DE EMPLEAR SEMILLA BUENA.
Es tan vital al provechoso crecimiento de los vegetales el valerse de buena semilla, que es menester consignar el hecho con énfasis espe- cial. La semilla que se siembra en la isla se suele elegir en su mayor parte de existencia degenerada, y las legumbres que se logran de ellas es muy pobre en su cualidad. Aún las semillas recientemente impor- tadas pierden en breve su vitalidad en este clima y no es posible contar con ella. Con la que únicamente se puede contar por ahora es la semilla procurada de los Estados Unidos de existencias frescas, con poca anterioridad á su siembra aquí.
SIEMBRA DE LA SEMILLA.
Siempre se necesita cierta cantidad de calor y humedad para que germine la semilla. Esta es variable para las diferentes especies, pero todas las legumbres ordinarias de la huerta son susceptibles de germinar aquí en cualquier tiempo del año. Mientras que la humedad es necesaria, usualmente no es lo mejor sembrar las semillas en tiempo
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lluvioso, porque las lluvias aquí son tan pesadas, hay exposición en que las semillas sean arrastradas con el agua y de formarse una costra en la superficie del terreno que frecuentemente es detrimental á la planta germinando. .
Para mejor éxito en la germinación, el terreno debe estar bien suelto y húmedo, sin estar empapado de agua. Se debería cubrir la semilla 4 una profundidad como doble de su propio diámetro, afir- mándose bien el terreno después. La hondura del terreno cubertor podrá variarse según la clase del terreno.
La planta tierna á punto de brotarse podrá forzar su éxito mejor en un suelo liviano que en un terreno barroso, pesado, por lo que sembradas en aquella clase, podrán cubrirse con una capa mas espesa de tierra. Otra razón que favorece la siembra de la semilla á mayor profundidad en un terreno liviano, es porque no retiene la humedad tan bien.
Podría suponerse que el afirmar el terreno como se aconseja es contrario á la buena práctica, porque el terreno afirmado pierde su humedad mas rápidamente que el que está suelto encima, pero se debe tener presente que las semillas se siembran en la superficie del suelo, que deberá mantenerse húmedo hasta tanto que ha tenido lugar la germinación. Después de ésta, cuando las raíces están en con- dición de absorver la humedad del terreno mas profundo, la costra de encima deberá ser desmenuzado ó pulverizado.
LA SEMILLERA.
Varias legumbres no se desarrollan bien cuando son trasplantadas y por consiguiente deberán ser sembradas en el campo; otras se desa- rrollan igualmente, bien sea que son sembradas en el campo ó que sean trasplantadas, mientras que aún hay otras que deben ser germi- nadas en un semillero á fin de prosperar. El sembrador debe decidir en cada caso cual de estos métodos deben emplearse. Si la semilla es barata y la labor costosa, el sembrar en el campo resultará más barato, siendo todas las demás condiciones iguales, pero si el tiempo es muy seco, Ó si se esperan lluvias muy pesadas á cualquier mo- mento, el método del semillero será el mejor. Si el terreno estuviere infestado con la changa ó el gusano roedor, frecuentemente será ventajoso sembrar en el campo, porque mientras que aquellas plagas destruirían todas las plantas si fueran colocadas de 1 á 4 piés á parte, usualmente dejan bastantes cuando las plantas están muy unidas.
Ciertos vegetales deben ser sembrados necesariamente en semilleras, porque las semillas son tan pequeñas y germinan tan despacio que, cuando son sembradas en campo raso, suelen ser matadas por la mala yerba, por las lluvias pesadas, ó por las sequías. El terreno de la semillera preferentemente debe ser liviano y suave. La era ó semi-
Bol. 7, Puerto Rico Estación Expt. Agr., Depto. de Agr., E. U. A. LÁMINA l.
FiG. 1.—ERAS SEMILLERAS CUBIERTAS CON TELA.
FiG. 2.—MÉTODOS PARA EMPACAR TOMATES, BERENGENAS Y PIMIENTOS.
Bol. 7, Puerto Rico Estación Expt. Agr., Depto de Agr., E. U. A. LÁMINA ll.
FIG. 2.—REMOLACHAS DEMOSTRANDO VARIEDADES.
1, Bassano; 2, Electric; 3, Crimson Globe; 4, Egyptian; 5, Half Long Blood.
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llera debe ser colocada cerca de un suplido abundante de agua y cubierta con un material que quiebre la fuerza de las lluvias pesadas y evita que se muera por la secadura.
Para la hortaliza doméstica, con una era pepueña semillera, una cubierta de hojas de palmas será adecuada; también es beneficioso extender por encima de la era una cubierta de musgo recortado ó de yerba cortada menudamente, pero para las eras grandes semilleras una cubierta de tela apropiada para las plantas es incomparablemente mejor. Esta se debe extirar sobre tres alambres, una á cada costado como á 12 pulgadas de altura y una en el centro, de 20 á 30 pulgadas más alta. (Lám. L, fig. 1.) La tela deberá ser removida gradual- mente y no dejarse tanto tiempo como para inducir un crecimiento muy alto y delgado de los tallos de las plantas.
SEMILLERAS EN CAJAS.
El terreno del jardín doméstico en especialidad, frecuentemente es infestado por las hormigas, que hacen despojo en varias clases de semillas. Éstas pueden ser vencidas sembrando en cajas elevadas á un pie ó más del suelo envolviendo sus pies con una tela empapada en kerosena. Las telas deberían ser reempapadas dos ó tres veces por semana para evitar que las hormigas pasen. Las cajas semilleras pue- den fabricarse económicamente, no siendo necesario que exceda de algunas pulgadas de hondo, con aperturas ó agujeros en el fondo al objeto de establecer un drenaje. (Lám. II, fig. 1.) Podrán ser colo- cadas debajo de árboles ó en algún sitio sombrío, y necesitarán poca atención con excepción de regarlas.
ENTRESACANDO.
Siempre se siembran más semillas en una era de lo que dicho espacio de terreno puede acomodar después de su germinación. . Si se dejaren todas á crecer, las plantas desarrollarían muy altas y delgadas y ten- drían un sistema de raíces muy empobrecido. Se podrá entresacar algunas de las plantas á fin de dar mayor acomodo á las demás, ó se podrán sacar todas mientras son muy pequeñas y sembrarlas de nuevo en una era nueva, colocándolas ahí á una distancia entre si propia á su tamaño. Si se realiza este proceso, que se titula entresacar, por la tarde ó al anochecer, manteniendo el terreno húmedo, las plantas no sufrirán ningún retroceso y frecuentemente desenvolverán un sistema mejor de raíces que si se hubieran dejado en la era original.
TRASPLANTANDO.
Es bien sabido que las plantas se marchitan cuando son removidas del suelo. La razón porqué sucede así es porque la transpiración de las hojas continua mientras que las raíces no absorven ninguna humedad. Tal condición podrá ser detenida con remover parte de la corona y mantener á las raíces húmedas. Es bien sabido, también,
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que las plantas se marchitan menos durante un tiempo lluvioso ó estando nublado el cielo que durante los días secos y calurosos y despe- jado el cielo. Esto es porque cuando el aire es tan húmedo como el suelo y como las plantas sucede menor evaporación, mientras que cuando el aire es más seco, el suelo se seca por la evaporación y se marchitan las plantas por motivo de traspirar más humedad de la que pueden suplir las raíces. Para la trasplantación es preferible elegir un día nublado ó lluvioso. Se deberán arrancar las plantas sin perjudicar á las raíces y colocarlas en un cesto con las raíces todas en la misma dirección. El cesto deberá cubrirse con una tela, y en adición á esto se podrá envolver á las raíces con musgo mojado ó alguna otra materia semejante. Otro buen método para detener el marchitamiento es sumergir ó enlodar las raíces en barro mezclado en agua á la consistencia de un sirup ó jarabe, lo que proteje á las raíces tiernas fibrosas contra el secarse.
Las plantas deberán sembrarse en el campo á la misma profundidad en que estaban en la era semillera. Los hoyos para las plantas debe- rán hacerse con cualquier implemento conveniente, siempre á hon- dura suficiente para acomodar las raíces sin encorvar y doblarlas. pero nunca á tal profundida como para dejar un espacio huecs debajo de la planta.
NÚMERO DE PLANTAS POR ACRE.
Un “acre” (próximamente una cuerda) contiene 43.560 piés cuadrados, ó, en otras palabras, un cuadrado con costados de 208 piés 83 pulgadas de largo forma un “acre.” Una cuerda contiene algo menos, 42.307 piés cuadrados. La'siguiente tabla es demonstrativa del número de plantas requeridas en cada “acre ” con las diferentes distancias entre las plantas y las hileras.
Plantas requeridas por cada “acre” á diferentes distancias.
O A e se de plan- e Sl de plan- Distancia IA tes que Distancia ae tas que entre las Pisen se requie-|| entre las plantas en [$e Tequie- hileras. las hileras. E hileras. las hileras. CARIN “acre.” “acre.” Pie. Pulg. Pie. Pulg. US BLe: Pulg. Pie. Pulg.
0 6 0 6 174,240 | 3 0 1 0 14,520
0 7 | 0 7 128, 013 | 3 0 1 6 9, 680
0 8 0 8 98,010 | 3 UN p, 0 7,260
1 0 0 1 | 522,720 | 3 0 2 6 5, 808
1 0! 0 6 87,120 | 3 0) 3 0 4,840
1 0 1 0 43,560 4 0 | 0 6 21,780
1 6 0 1 348, 480 4 0 | 0 9 14,520
| 1 6 0 6 58, 080 4 0 1 0 10,890
1 6 1 0 29, 040 4 0 1 6 7,260
1 6 1 6 19,360 4 0 2 0 5, 445
2 0 0 3 87,120 4 0 2 6 4,356
2 UN 0 6 | 43,560 4 0 3 0 | 3,630
de UN 1 0 21,780 4 0 3 6 3,111
A 0 1 6 14,520 4 0 4 0 2,12%
9 0 2 0 | 10,890 5 0 5 01 1742
3 0 0 6 20, 066 6 0 5 0 1, 452
3 o! 0 9 | 19,360 | 6 0 6 ol 1210
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15 ENEMIGOS DE LAS PLANTAS.
Después que el jardinero ha logrado poner su terreno en la condi- ción mejor posible y en asegurar una buena plantación de plantas, alguna enfermedad plantera ó insecto enemigo podrá invadir el '“ampo y destruír una cosecha en su totalidad, dentro de un solo día ó de una semana. El cultivador de vegetales (legumbres) debe, por consiguiente, saber no tan sólo como debe sembrar y cultivar las cosechas, sino también como protegerlas contra sus enemigos. Si la temporada es lluviosa, las enfermedades planteras causadas por hongos ó bacteria suelen ser especialmente abundantes. Si la tempo- rada es seca, los insectos enemigos son inusualmente numerosos. Es muy de desear, por consiguiente, que se comprenda de un modo gene- ral la naturaleza de estas dos clases grandes de enemigos y el principio general envuelto en su sujeción.
LAS ENFERMEDADES DE LAS PLANT.
Las plantas podrán enfermarse como el resultado de tiempo des- favorable y de las condiciones del terreno ó como el resultado de ataques de insectos ó “fungus ” (hongo). Se hace referencia en ésta tan sólo de las enfermedades causadas por “fungi.”
FUNGI (HONGOS).
Las “fungi” son formas bajas de plantas. Viven enteramente sobre otras plantas ó sobre materia muerta orgánica. Cuando las “fungi” se desarrollan sobre las plantas, se apropian á su propio uso el alimento que la planta hace para si misma, así minando la vida de la planta, debilitándola en gran manera y aún matándola. Las “ fungi” son propagadas por cuerpos microscópicos que se lla- man esporos, que corresponden á la semilla en las plantas superiores. Estos esporos son producidos por millones y son esparcidos con el viento por el aire y arrastradas por el agua, por los insectos y otros agentes en todas partes. Cuando encuentran localidades favorables como sobre las hojas, vástagos, raices, flores ó frutas de las plantas y las condiciones son favorables, germinan y crecen al prejuicio de la planta sobre que se desarrollan.
Al combatir las enfermedades del “fungus ” (hongo) la mira del jardinero es de evitar más bien su principio que no el esperar y tratar de curar la planta después que ha sido afectada. Esto se hace me- diante el riego de las plantas con alguna substancia que matará los esporos del “ fungus ” (hongo) antes que germinen y queden estable- cidos sobre la planta.
Los jardineros hábiles y afortunados riegan sus plantas á la primera indicación de enfermedad, y en las localidades donde se podrá antici-
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par que llegará, se verifica el riego frecuentemente antes de haber ningún indicio de aproximarse, como medida de precaución ó seguri- dad en contra.
FUNGICIDIOS.
Los remedios que se utilizan para la sujeción de las enfermedades del “fungus” se titulan “fungicidios.” Los “fungicidios” más eficaces se hacen de componendas de cobre. Las misturas que con- tienen el azufre como base se emplean fácilmente también y dan bue- nos resultados con ciertas enfermedades, como el moho polvoriente.
Mistura Burdeos.—El fungicidio de más utilidad general es él cono- cido como mistura Burdeos. El formulario para hacer mistura Bur- deos y varias otros fungicidios á que se refiere en la descripción de los vegetales (legumbres) en este boletín, se consigna más abajo.”
r eo ELA a 1] Sultato dencobre (piedra MUDA libras-_ 6 Piedra de cal viva (no apagada por el aire) ---------------- idem _- 4 Agua. 2. EL LE A ATA galones__ 50
La propiedad activa principal en esta mistura es el sulfato de cobre. La cal obra como un neutralizador y hace que la mistura sea más adhesiva, mientras que el agua opera como conductor de las otras materias. El sulfato de cobre puede comprarse en cantidades y tenido á mano sin deterioro alguno, pero la piedra de cal viva será apagada por el aire muy rápidamente en este clima húmedo, y deberá, por consiguiente, traerse fresca del horno cada vez que sea necesario usarla, ó, aún mejor, una cantitad grande podrá ser apagada en un barril enterrado donde podrá ser mantenida por largo tiempo, sl bien tapado. Para apagar la cal á fin de que se vuelva más adhesiva, póngala en un receptáculo echándola agua poco á poco, lo suficiente para evitar que se apague por el aire ó que se vuelva polvo, pero no en cantidad suficiente para submergirla, porque en tal caso, alguna parte de ella quedará sin apagarse.
Para hacer la mistura Burdeos, póngase el sulfato de cobre en un saco grueso, colgándolo en un receptáculo que contenga 25 galones de agua, dejándolo hasta que se disuelva. En otro receptáculo, mézclese como 10 libras de la cal (previamente apagada) en 25 galones de agua y cuélese. Entonces échese simultáneamente las dos soluciones en un barril de capacidad de 50 galones, revolviéndolas constante- mente. Así queda seguidamente utilizable.
La mistura Burdeos deberá ser empleada inmediatamente ó á pocas horas de ser hecha, puesto que pierde su condición de tenacidad con estar parada. Se puede emplear la mistura con seguridad sobre tomates, patatas, habichuelas, ete.; pero para los cohombros ó pepinos es necesario diluirla aún más, mediante el uso de 75 á 100 galones de agua.
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4 Véase también U. S. Dept. Agr. Farmers' Buls, 127, 146, and 243,
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Es muy importante que esta mistura no contenga un exceso de sulfato de cobre, porque en tal caso haría daño á las plantas. Es por consiguiente conveniente poner á la prubea* la mistrua antes de aplicarla al follaje tierno. El Dr. B. T. Galloway, Jefe de Bureo de la Industria de Plantas, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, ha sugerido dos pruebas muy simples que son como sigue:
(1) Introdúzcase la hoja de un cortaplumas en la mistura, permitiéndola quedar en ella por lo menos un minuto. Si se formare cobre metálico sobre la hoja. ó, en otras palabras, si la superficie pulida del acero asumiere el color de una lámina de cobre, la mistura estará peligrosa y habría que añadir más cal. Si, por el otro lado la hoja del cuchillo quedase sin cambio alguno, hay toda razón para creer que la mistura es tan perfecta como puede hacerse.
(2) Como prueba adicional, sin embargo, se puede echar un poco de la mistura en un plato ó platillo viejo de loza y mientras se mantenga entre la vista y la luz, sople el aliento suavemente sobre el líquido durante un minuto por lo menos. Si la mistura es bien hecha, empezará á formarse en la superficie del líquido una película delgada, que se asemejará al aceite sobre el agua. Si no formare pelí- cula alguna, deberá añadir á la mistura más leche de cal.
Carbonato amoniacal de cobre.—Este fungicidio podrá prepararse por la siguiente fórmula :
Carnponato de” COBRE A A E A ONZas-. 5 'AMONTacor (ruerza 26 Baume).-- 02 PIO EA pintas ES INTA A A ni A O e A A galones 50
El amoníaco á prueba de 26 de fuerza no es de la clase ó grado ordinaria que se consiguen en las tiendas, sino del grado más fuerte que se usa en las farmacias. Al harcerse la mistura, se deberá diluír el amoníaco con 3 galones de agua en un cubo de madera, y el carbonato de cobre, en su forma pulverizada, deberá ser amarrado en una tela delgada y removida circularmente en el líquido hasta quedar disuelto. Frecuentemente no se puede conseguir que el amoníaco disuelva todo el polvo; pero si quedare un residuo después de removerlo durante diez á quince minutos, podrá guardarse hasta la próxima hechura. Por el otro lado, si todo fuere disuelto se deberá amarrar otra pequeña parte en la tela y removerla en el líquido por lo menos durante cinco minutos. Esta mistura podrá guardarse en botellas de vidrio sin que se deteriore, tapándose bien con corcho. Para el uso, 1 parte de esto deberá mezclarse con 15 partes de agua.
4 Las pruebas simples que se han dado resultarán usualmente muy adecuadas. La siguiente es una prueba química excelente para aquellos que quieren intentar ó aventurar su aplicación: Tómese una onza de ferro-cianato de potasio (sus- tancia muy venenosa que debe ser tocada con precaución y cuidado) y disuélvase en 4 ó 5 onzas de agua. Échese como una onza de la mistura Burdeos en una copa ó platillo y añádase dos gotas de la solución original de sulfato de cobre á fin de que dicha muestra contenga más de aquella que la mistura. La prueba consiste en dejar caer una gota de la solución ferro-cianato en la muestra, observando el color que produce. Si la gota que cae se vuelve algo amarillenta, se puede aplicar la mistura con seguridad á las plantas; pero si se vuelve de un color subido, hay que añadir más cal.
14086 —No. T—07 mM
5) pa
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El cobre en esta mistura está en una forma soluble y cuando se aplica á las plantas no mancha, lo que es una ventaja sobre la mistura Bnrdeos al regar las frutas madurándose. La mistura puede ser empleada en todas partes como la mistura Burdeos y su costo es aproximadamente igual, pero no se adhiere tan bien durante el tiempo lluvioso.
Mistura de cal y azufre.—Esta mistura podrá hacerse como sigue:
AzZUtre en DOLO A E E E E A libras iS Cal vivas CEP da PA PR A ¡eMe Agua 22 o a ES RR galones-- 6
Estos ingredientes deben ser hervidos hasta quedarse en 2 galones, dejándose luego que la mistura se asiente cuando deberá separarse de ella el líquido claro. Si se quiere guardar por algún tiempo debe ser embotellado y tapado muy bien con corcho, pudiendo para su uso ser diluido con agua en la proporción de-una parte de la mistura con 50 partes de agua.
ENEMIGOS INSECTOS.
INSECTOS QUE ROEN Y QUE CHUPAN.
' De un punto de vista horticúultural los insectos * predaceous ” (pre- datores) podrán dividirse en dos grupos; v. g.: mordedores y chupa- dores. Los insectos mordedores son los que comen las hojas ú otras partes tiernas de la planta, mientras que los insectos chupadores obtienen su alimento por el acto de chupar los jugos de los tejidos vivientes de la planta. Al operar sobre las dos clases de insectos deberá tenerse presente que solamente la clase mordedora puede ser destruida por venenos introducidos en el estómago. Cuando, por ejemplo, se riega una hoja con verde París, un insecto del grupo chupador obtendrá una parte muy diminuta de aquel veneno con penetrarlo con las partes de su boca chupadora, mientras que el insecto mordedor prontamente comerá bastante de la hoja envenedada para ser matado. Los insectos chupadores podrán ser destruidos con la aplicación de misturas que matan por la penetración Ó que son bastante pegajosas para taparles sus poros respiradores ó bastante adhesivos para impedir el movimiento.
INSECTICIDIOS ARSENICALES.
Un remedio para la sujeción de los insectos se conoce con el nombre de un insecticidio. Las varias clases de insecticidios podrán ser clasi- ficadas como venenos estomacales y remedios de contacto. Los vene- nos comunmente usados son compuestos arsenicales, de que el verde París y el arseniato de plomo son de mayor importancia al cultivador de vegetables.”
a Para pormenores véase el Farmers' Bulletin No. 127, U. S. Department of Agriculture, ejemplares del cual se distribuyen gratuitamente á solicitud general.
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Verde París. —Este es un polvo verde, que deberá contener no menos que 50 por ciento de arsénico. Podrá usarse seco y en tal caso debería ser mezclado con cal viva apagada al aire ó con harina para que se adhiera mejor. Podrá ser aplicado junto con cualquier de las mis- turas líquidas para riego á razón de 1 libra por 100 galones de agua; también en agua solamento en la misma proporción, en cuyo caso debería ser mezclado con á lo menos 2 libras de cal viva y la mistur: debería mantenerse siempre bien removida mientras se riega. El verde París es insoluble en el agua, pero podrá disolverse en amoníaco. Esta es una buena prueba para averiguar la adulteración, porque los adulterantes ó falsificantes del verde París usualmente no son solubles en el amoníaco. Cuando se emplea el verde París, bien en polvo ó en riego líquido, es mejor mezclarlo con la cal viva apagada al aire, porque de otro modo es susceptible de dañar el follaje.
Arseniato de plomo.—Este puede ser usado del mismo modo que el verde París, y tiene la ventaja de no ser nocivo al follaje y puede aplicarse á cualquiera fuerza. Se adhiere también al follaje sin ser mezclado con otras materiales.
Carnada envenenda.—Para las changas y gusanos cortadores méz- clese 1 onza de verde París ó de arsenico blanco con salvado de trigo 6 harina de maíz, humedézcase la mistura con agua endulzada y dis- tribuyase por el campo plantado colocando una pequeña parte á cada 3 6 4 pies de distancia cubriéndolo en parte con tierra.
REMEDIOS DE CONTACTO.
De los que matan por medio de la penetración, la decocción de tabaco y la emulsión de kerosene son los más comunmente usados por los jardineros. La emulsión de kerosene, compuesta de resina, y el jabón de aceite de ballena ó de jabón común para lavar son usados como adhesivos.
Decocción de tabaco.—Empape parlotes de tabaco durante varias